miércoles, 20 de noviembre de 2019

IRAIDE, JOVEN MISIONERA: SAVIA NUEVA PARA LA AMAZONÍA


 Iraide Donaire Hidalgo viajó a Ecuador a principios del mes de julio para compartir la vida y la 
 tarea misionera con la comunidad capuchina en Coca, en el vicariato apostólico de Aguarico, en la Amazonía ecuatoriana. 

La joven vizcaína de Durango,  de 26 años,  ha comenzado una nueva etapa de su vida como misionera, en el  lugar en el que Monseñor  Alejandro Labaka  e Inés Arango, mártires de la Amazonía, y hoy sus compañeras y compañeros, siguen dando testimonio misionero y creando puentes entre culturas y pueblos.

Iraide realizó el curso Norte Sur hace 4 años y participó en la Misión de Riobamba durante el verano. A partir de aquella experiencia, ha apoyado, algunos proyectos  en los sucesivos veranos en lugares como Ricaurte provincia de  Los Ríos, en Penipe provincia de Chimborazo, en Pedernales provincia de Manabí, todos ellos en Ecuador.

En su parroquia ha participado en el movimiento eskaut como monitoria y hasta el momento de su viaje ha seguido  comprometida con su unidad pastoral de Durango.

Todas estas experiencias  y compromisos, unido al proceso de formación y discernimiento que ha seguido en la diócesis, han ido madurando su vocación misionera y le han llevado  a dar el  salto a la Misión.

junto con todo un proceso de formación y discernimiento en la diócesis
Podéis ver el vídeo aquí

Iraide comenzó su andadura misionera en Quito participando en una marcha que se organiza cada año desde Quito hasta Coca, unos 300 kms, para recordar a los misioneros Alejandro e Inés.

Para conocerla un poco mas , transcribimos una entrevista que aparece en el número 264 de nuestra revista Los Ríos en la que cuenta cómo fue su experiencia en la caminata.



Revista Los Ríos 264 

 Es una experiencia increíble

Antes de incorporarse de lleno a su nueva encomienda, Iraide ha participado en una marcha (de Quito a Coca), que organizan todos los años los misioneros capuchinos para recordar el testimonio de Monseñor Alejandro Labaka e Inés Arango, terciaria capuchina. Hemos pedido a Iraide que nos cuente cómo ha sido esta experiencia en la caminata y cómo se ha ido incorporando a la tarea pastoral.

1.       Iraide, ¿Cuáles son los objetivos de esta caminata?

El objetivo de la marcha es llevar el Evangelio, es caminar con el espíritu de Alejandro e Inés, que lucharon por los pueblos indígenas, por su cultura, por la vida, por la paz. También se camina por la Amazonía y teniendo en cuenta el Sínodo amazónico, que se celebra en octubre, este hecho también se ha sumado.
El vicariato de Aguarico camina en conjunto por todo esto, siguiendo el espíritu de estos dos misioneros.


2.       ¿Cómo has vivido esta experiencia?

Es una caminata muy dura física y sicológicamente, pero la convivencia ha sido increíble. El ir con más gente te ayuda a seguir caminando porque nos vamos ayudando: ahora tú puedes, ahora yo necesito apoyo...ahí se ve un compartir y un apoyo increíble..
3.       ¿Cómo era el día a día?
Salíamos muy pronto por la mañana. Se comenzaba con las consignas, los lemas y con diferentes canciones. Durante la caminata había momentos de oración y de contemplación, era diferente según quien lo preparaba.
Había también espacios de silencio porque pensamos que son importantes. El momento oracional, era bonito cuando se podía compartir con la persona que iba a tu lado: ¿qué me ilumina a mí este día el Evangelio? Vivencias así llevadas a la realidad son lo que te va iluminando y te va haciendo caminar de una manera u otra. También había momentos de agradecimiento, oraciones comunitarias…
Al comenzar la marcha nos dieron a cada persona un cuaderno con las motivaciones para la caminata. Cada día tenía una lectura del Evangelio para reflexionar. También estaban las canciones, las consignas, los lemas. Algunos momentos de la historia de Inés y Alejandro, para ir conociéndolos. Lo usábamos en diferentes momentos a lo largo del día.
Por las tardes teníamos reuniones para compartir cuál había sido nuestra motivación, nuestro objetivo de ese día. También se evaluaba la caminata: cosas positivas, cosas a mejorar. Compartíamos qué nos había llamado la atención de la vida de Alejandro e Inés, con qué nos quedábamos. Casi siempre había un momento de celebración, si era posible, en el mismo pueblo al que llegábamos. y todos los jueves adoración más celebración.


4.       ¿Animarías a más gente a participar? ¿Crees que debemos animar a la gente de Norte Sur, a los grupos de jóvenes a participar?

Yo creo que sí se puede motivar a venir a esta caminata, pero creo que hay que entrenar, porque es bastante dura. Se hacen un montón de kilómetros al día a un ritmo exagerado y durante muchas horas andando y son 12 días. Es una experiencia increíble, a mí me ha marcado mucho. He tenido todos los sentimientos en conjunto; no he podido acabar la caminata, porque no estaba preparada físicamente y me lesioné bastante.
Creo que muy interesante que venga gente por todas las vivencias y todas las cosas que vas sintiendo, porque realmente es llevar el evangelio ¡pero vivo! Se siente eso. La convivencia con la gente te ayuda...además de los lemas y las canciones. Pero hay que entrenarse, no es cualquier cosa, lo digo porque lo he probado.


5.       Después de la marcha has estado en Riobamba apoyando al EMI (equipo misionero itinerante) en la Misión y en breve comenzarás ya la tarea pastoral en esta nueva comunidad en Coca.

Llegar a Ecuador es como llegar a mi segunda casa, porque al venir durante 5 años, he ido conociendo poco a poco. Hay muchas cosas que ya no me chocan. Esa integración se ha ido dando a lo largo de los años. Me dicen que Coca es una realidad muy dura en muchos aspectos, pero La tarea se presenta interesante. El obispo me ha dado las opciones de elegir y yo he elegido pastoral social que lleva diferentes ámbitos relacionados con el día a día de la gente de las comunidades. Estoy conociendo esta realidad. Están pendientes de las consecuencias de la contaminación de las petroleras, de un basurero que está contaminando el agua de 4 comunidades. Por otra parte, la tarea con personas refugiadas, -han acogido alguna vez personas refugiadas-, de personas mayores que no tienen recursos; se les visita y asesora en cuanto a las ayudas, bonos y lo mismo con las personas con alguna diversidad funcional. También hay recogida y reparto de ropa.
He conocido la casa de la pastoral social y la casa “Paula”, que es la casa de la mujer, y aunque no está dentro del vicariato, el obispo Adalberto me ha pedido que la conozca para ver qué necesidades tienen. Por tanto, hare misión en la pastoral social y apoyaré en la casa Paula.


Iraide, cuenta con nuestro apoyo en esta nueva etapa de tu caminar misionero.  Seguiremos acompañándote y compartiendo el sueño de construir el Reino de Dios.  

La revista completa aquí